Ya ha empezado a nevar en Cracovia. Fue genial subir el estor por lamañana y encontrarme con esto. Anoche me quedé trabajando hasta tarde y no paró de nevar en todo el rato. Estas imágenes son del recinto de la Universidad, del patio trasero de casa y del anillo verde, que ahora es un anillo blanco.
Me gusta la nieve porque me hace caminar despacio. Porque no hace ruido. Porque con constancia, un copo volatil tras otro consiguen cubrirlo todo, tiñendo de blanco hasta los rincones más osuros de la ciudad.
He oido que también está nevando por Madrid.
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