jueves, 18 de noviembre de 2010

Borrar un borde



¿Un borde borrado? Guadalajara.




Zoltan Kemeny. Troluc, 1967. Centre Georges Pompidou

7 comentarios:

  1. ¿qué sabemos sobre bordes?

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  2. Creo que poco o nada, pues cada uno es diferente, y sólo conocemos algo de ellos cuando empezamos a dialogar. En ese caso creo que el conocimiento extraído del díalogo con uno no se puede extrapolar al estudio general de "los bordes". Algunos piden ser borrados, otros redibujados, ensanchados, estrechados, integrados...Algunos no existen, o no existen al menos más allá de nuestro pensamiento interesado de arquitecto.

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  3. http://medialab-prado.es/article/lo_comun_y_lo_colectivo

    para los que estén dándole al cad y hartos de escuchar a Sabina xD

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  4. Estoy contigo. Llevo casi dos meses pensando en qué sería un borde para Bruselas, en encontrar mi borde. Y cada vez me pierdo más. De hecho, ya no pienso más en borde. Sólo da problemas esa palabra. Creo que es una idea muy pocas veces materializada claramente, y que siempre se puede sustituir por franja, límite, frontera... Aunque éstas también dan problemas. No sé, de nuevo la dificultad en encontrar una ligazón entre la realidad y nuestro pensamiento. Y, por ello, interesado. Porque casi que adaptamos lo que pasa a nuestras ideas preconcebidas, entendemos la realidad a través de nuestro filtro, siempre, subjetivo, en un proceso que quizá debería ser a la inversa, ¿no?

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  5. No veo por qué la arquitectura debe justificarse mediante un discurso teórico exento o exterior a ella misma, o importado de otras disciplinas. Nos movemos fácilmente en ese tipo de pensamientos, pero jamás nos imaginaríamos a un cirujano justificando una operación de corazón con un discurso tomado del derecho romano o a un juez dictando una sentencia en base a no sé qué teoría de la internacional letrista...Eso no hace más que perjudicarnos, pues transmite la sensación de que la arquitectura es banal por definición si precisa de tantas ayudas para impornerse, olvidándose la mayoría de las veces de la que debería ser su principal arma, la lógica. Y sigo pensando que el ejemplo del borde es uno más. Al final, las teorías que desarrollamos para explicarlos no sirven más que para autoconvencer a su autor de que lo que hizo estuvo bien, fue interesante, innovador o simplemente le echó cara, pero nunca deberían ser utilizadas para iniciar un trabajo diferente en un contexto diferente.

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  6. Estoy de acuerdo contigo en lo del discurso exterior a la arquitectura. Está bien tener referencias, importar conocimiento, pero siempre hablando en términos propios de la disciplina. Una buena discusión sería ver cuáles podrían ser éstos.
    En cambio, no creo que la principal arma de la arquitectura sea la lógica. Qué sotiano te has puesto! Creo que es una de tantas, como puede serlo el trabajar con la luz, o redefinir un programa, o proyectar con materiales, o establecer un proceso, o escribir un texto... Y, con esto, tampoco debemos pensar en justificarlo todo, ni mucho menos. Hay cosas que son así, y punto. Porque nos da la gana de que así sean. No podemos negarlo. Cada vez me creo menos lo de la distancia del artista con respecto a su obra. Si eres Rivera, harás una cosa, si eres Utrilla, otra, o López o Saiz, aunque se piense lo mismo y se esté de acuerdo en lo esencial. Y, si una obra se puede explicar de un modo lineal, causal, una de dos, o es muy pobre, o siempre nos dejaremos mucho en el tintero. ¿La sección del Maravillas?... Dejemos de intentar explicarlo todo. Las cosas se sienten.
    Y un no sé qué...
    En cuanto a lo de borde, quiero aclarar que hay un salto entre Madrid y Bruselas. Yo hasta ahora solamente lo he pensado en términos urbanos, a escala general, de ciudad. No he pensado en qué puede ser una arquitectura de borde. No arquitectura y borde, sino ciudad y borde. Ahora toca dar el salto.

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  7. Todas las herramientas que comentas, que son propias de la arquitectura, excepto escribir un texto?¿, se tienen que utilizar con lógica. No sirve de nada redefinir un programa de manera ilógica en un marco realista. El problema de hacer las cosas como nos da la ganas es que si no somos buenos, la cagamos. Gehry, Siza o Koolhaas lo pueden hacer porque lo son, nosotros no. Ya que hablas de Sota, decía que en la arquitectura( extiéndase a arte y vida) existen dos tipos de periodos: el clásico y el romántico. Pues bien, el decía que la arquitectura MEDIA es siempre de mucha mayor calidad en los periodos clásicos pues tiene una serie de reglas a las que ceñirse. La producción excepcional siempre lo es independientemente del contexto, pero nosotros no jugamos en esa liga.
    Durante el anterior proyecto tuve la opprtunidad de estudiar algún proyecto que me llevó a darme cuenta del exhaustivo control y dominio que los "maestros", como le Corbusier, Mies, Aalto, Sert o Kahn tenían de todos los métodos y sistemas proyectúales anteriores, y con ese conocimiento conseguían ser enormemente modernos y transgresores. Siza me consta que también lo tiene, y daría mi subscripción a Metalocus porque Rem o Gehry también. Alguien cuyo nombre no recuerdo, creo que era un escritor, dijo que para olvidar la gramática es necesario haberla dominado.
    Y arte y arquitectura...no sé. Estoy de acuerdo con los que dicen que lo que nos fascina del arte es su aparerante inutilidad. Y la arquitectura no creo que pueda verse desde ese punto. Aravena decía que no se puede jugar con el dinero de una familia pobre, que es un tremenda responsabilidad, no hay lugar al error.

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