jueves, 22 de abril de 2010
Hogar
"...y aunque pronto comienza a hacerse evidente que hay algún error, Keaton no tiene alternativas, ningún otro modelo de pensar que oponer al del manual, y ciegamente procederá a una construcción maquínica en la que el resultado final devendrá una cruel metáfora del destino de la pareja y la familia institucional en nuestros días."
Iñaki Ábalos, "La buena vida"
Las fotografías, en orden descendente, son de: Coimbra, Porto, Porto, Gimaraes, Guimaraes, Gumaraes, Guimaraes, Funchal.
" En la casa misma, en la sala familiar, un soñador de refugios sueña en la choza, en el nido, en rincones donde quiere agazaparse como un animal en su guarida"
"No he vuelto a ver nunca esta extraña morada. Tal como la encuentro en mi recuerdo infantilmente modificado no es un edificio, está toda ella rota y repartida en mí, aquí una pieza, allá una pieza y acá un extremo de pasillo que no reúne a estas dos piezas, sino que está conservado en cuanto que fragmento. Así es como todo está desparramado en mí; las habitaciones, las escaleras, que descendían con lentitud ceremoniosa, otras escaleras, jaulas estrechas subiendo en espiral, en cuya oscuridad se avanzaba como la sangre en las venas"
Gaston Bachelard, "La poética del espacio"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sobre la casa
ResponderEliminarUna casa puede hacerse de muchas maneras. Yo diría que una casa es una comunidad de espacios que hablan unos con otros, expresando así un modo de vida. Para empezar, nunca pensaría en ella como una serie de habitaciones conocidas: la cocina, el cuarto de estar, esa clase de cosas; todas se convierten en esos lugares sin ponerles nombre. Actualmente, uno de los errores más desoladores, pues destruye el instinto creador primordial, consiste en poner nombre a algo antes de que se lo gane. Una casa debe hacerse de modo que cualquier persona, no necesariamente quien la encargó, tenga la sensación de que puede hacer de ella un hogar. Un arquitecto puede diseñar una casa que sea maravillosa para su propietario, pero que pueda acabar en nada cuando la ocupe otra persona. Aquella persona -la que encargó una casa como reflejo de una colección de ideas fragmentarias- impide que la casa forme parte de lo que yo llamo el tesoro de los espacios. Lo que debemos pensar, cuando construimos, es que estamos añadiendo algo al tesoro de los espacios. ¡Esas maravillosas casas georgianas de Dublín! No podemos calificarlas más que de tesoro de espacios. Es como si la casa se hubiese encargado para nuestros fines; pero allí hay de todo, para que otras personas lo utilicen a su manera. La casa que está hecha con el sentimiento de que hacer de ella un Hogar es algo tan posible para muchas personas como lo es para nosotros, tiene el poder de convertirse en un tesoro.
L. Kahn