domingo, 28 de febrero de 2010
(...)
"No hay límites para el silencio. Bajo estas piedras el viajero se retira del mundo. Va hasta la prehistoria, cinco mil años hace, qué hombres habrán levantado a fuerza de brazos esta pesadísima losa desbastada y perfeccionada como una clave de bóveda, y qué hablas se hablarían debajo de ella, qué muertos fueron aquí enterrados. El viajero se sienta en el suelo arenoso, coge entre dos dedos un tierno tallo que nació junto a una de las losas e, inclinando la cabeza, oye, en fin, su propio corazón."
José Saramago
jueves, 25 de febrero de 2010
Mentiras piadosas
Marta, el vídeo que te debía. Asuntos pendientes de conversaciones en aparcamientos...
http://www.youtube.com/watch?v=dWlaR9IFmyI
http://www.youtube.com/watch?v=dWlaR9IFmyI
miércoles, 24 de febrero de 2010
Mirar y ver en arquitectura
Un primer análisis de un objeto material, plástico, es su contemplación visual. Pero esa contemplación puede hacerse generalizada o pormenorizada, algo así como lo que hacemos al ver en el visor de una máquina fotográfica; primero hacemos un encuadre general de lo que vamos a retratar, después, un enfoque nítido y cuidadoso.
Esta actitud que seguimos como fotógrafos es la que solemos tomar al contemplar una obra de arquitectura. Primero dar un vistazo general, mirar el conjunto, y después ver más detenidamente las diferentes partes y detalles.
De esa forma, estamos contemplando, analizando, juzgando, no la verdadera arquitectura, objeto de su realización, sino sólo los medios estructurales, decorativos u ornamentales utilizados para limitar el espacio arquitectónico: que es la auténtica arquitectura y su razón de ser. Bien se puede decir, en este caso, que estamos tomando el rábano por las hojas. Y, a esa visión viciada corresponden más realizaciones viciadas en las que unas exuberantes hojas van acompañadas con muy escaso valor práctico y estético y que producen unos resultados estéticos espacialmente pobrísimos.
No es fácil -hay que reconocerlo- el sustituir en nuestra mente los efectos directos de nuestra captación visual de las superficies materiales limitantes, por algo que no se ve, sino que se vive: el espacio que estas superficies encierran. Que, por otra parte, no es fotogénico y por tanto de muy difícil captación-¿dibujo?-. Esa captación que Velazquez consiguió en Las Meninas. Pero sin olvidar que Velázquez era un genio.
Si esta manera de esencia espacial de mirar arquitectura se generalizara al contemplar modernos edificios: como el Centro Pompidou de París o el Banco de Shangai de Hong-Kong, por ejemplo, y otros muchos realizados posteriormente a la vista del éxito causado por ellos, todos con feísimas y deshumanizadas soluciones espaciales, tal vez no tendrían tan alta cotización arquitectónica como la tienen.
Creo que cada vez se hace más fea arquitectura y, paralelamente mejor y más bella fotografía de ella. Y este resultado en un mundo tan enormemente absorbido por la propaganda de la imagen. hace muy difícil una rectificación hacia una arquitectura con más preocupación por la belleza espacial y más humanizada.
M. Fisac
Cuando uno encuentra un texto ya algo viejo (aunque éste no sea el caso más paradigmático) y sigue teniendo vigencia, por algo es (por no citar el Vuelva Usted Mañana de Larra...). Hay varias cosas que me interesan.
Lo del espacio humanizado. ¿Una buena arquitectura se debe a un espacio humanizado? ¿Dónde está lo humanizado, a qué se debe? Proporciones, materiales, geometrías, colores, etc. Es un concepto muy utilizado, pero yo no le termino de ver la objetividad.
¿Una buena fotografía de arquitectura implica un espacio bestial y deshumanizado, tipo Pompidou? ¿No se puede hacer una buena fotografía de arquitectura de Una pequeña casa de LeCorbu? Que conteste Marta, que tiene una buena cámara y sabe mirar gracias a JJ, que yo no tengo ni idea.
También habla sobre los materiales, las superficies, texturas, colores, incidencia de luz. Creo que eso son características con tanto peso en la concepción del espacio, y en su calidad y cualidad, como sus dimensiones o forma. Y algo que me pesa bastante, es que en los planos estas cosas no aparecen. En los planos aparece el perímetro, las medidas, la forma y relaciones geométricas. Hablo del plano per se, de secciones y plantas. Y claro, cuando uno quiere innovar, por decir una palabra fea, pues varía estas dimensiones, estas formas. Las retuerce, las gira, etc. Y salen cosas como las estrellitas de Collado, y que se justifican como polos de actividad o no sé qué. Me gustaría saber pensar y proyectar un edificio desde la sensación, desde la luz, desde la cualidad del espacio, aunque ésta sea inefable. Por mucho que veamos la sección del Maravillas, lo importante es lo que nos sugiere el estar allí. Es entonces cuando sentimos la arquitectura, cuando nos transmite su grandeza. Y me gustaría saber contar esa cualidad gráficamente. ¿Fotomontajes? No sé... Que alguien me ayude
Esta actitud que seguimos como fotógrafos es la que solemos tomar al contemplar una obra de arquitectura. Primero dar un vistazo general, mirar el conjunto, y después ver más detenidamente las diferentes partes y detalles.
De esa forma, estamos contemplando, analizando, juzgando, no la verdadera arquitectura, objeto de su realización, sino sólo los medios estructurales, decorativos u ornamentales utilizados para limitar el espacio arquitectónico: que es la auténtica arquitectura y su razón de ser. Bien se puede decir, en este caso, que estamos tomando el rábano por las hojas. Y, a esa visión viciada corresponden más realizaciones viciadas en las que unas exuberantes hojas van acompañadas con muy escaso valor práctico y estético y que producen unos resultados estéticos espacialmente pobrísimos.
No es fácil -hay que reconocerlo- el sustituir en nuestra mente los efectos directos de nuestra captación visual de las superficies materiales limitantes, por algo que no se ve, sino que se vive: el espacio que estas superficies encierran. Que, por otra parte, no es fotogénico y por tanto de muy difícil captación-¿dibujo?-. Esa captación que Velazquez consiguió en Las Meninas. Pero sin olvidar que Velázquez era un genio.
Si esta manera de esencia espacial de mirar arquitectura se generalizara al contemplar modernos edificios: como el Centro Pompidou de París o el Banco de Shangai de Hong-Kong, por ejemplo, y otros muchos realizados posteriormente a la vista del éxito causado por ellos, todos con feísimas y deshumanizadas soluciones espaciales, tal vez no tendrían tan alta cotización arquitectónica como la tienen.
Creo que cada vez se hace más fea arquitectura y, paralelamente mejor y más bella fotografía de ella. Y este resultado en un mundo tan enormemente absorbido por la propaganda de la imagen. hace muy difícil una rectificación hacia una arquitectura con más preocupación por la belleza espacial y más humanizada.
M. Fisac
Cuando uno encuentra un texto ya algo viejo (aunque éste no sea el caso más paradigmático) y sigue teniendo vigencia, por algo es (por no citar el Vuelva Usted Mañana de Larra...). Hay varias cosas que me interesan.
Lo del espacio humanizado. ¿Una buena arquitectura se debe a un espacio humanizado? ¿Dónde está lo humanizado, a qué se debe? Proporciones, materiales, geometrías, colores, etc. Es un concepto muy utilizado, pero yo no le termino de ver la objetividad.
¿Una buena fotografía de arquitectura implica un espacio bestial y deshumanizado, tipo Pompidou? ¿No se puede hacer una buena fotografía de arquitectura de Una pequeña casa de LeCorbu? Que conteste Marta, que tiene una buena cámara y sabe mirar gracias a JJ, que yo no tengo ni idea.
También habla sobre los materiales, las superficies, texturas, colores, incidencia de luz. Creo que eso son características con tanto peso en la concepción del espacio, y en su calidad y cualidad, como sus dimensiones o forma. Y algo que me pesa bastante, es que en los planos estas cosas no aparecen. En los planos aparece el perímetro, las medidas, la forma y relaciones geométricas. Hablo del plano per se, de secciones y plantas. Y claro, cuando uno quiere innovar, por decir una palabra fea, pues varía estas dimensiones, estas formas. Las retuerce, las gira, etc. Y salen cosas como las estrellitas de Collado, y que se justifican como polos de actividad o no sé qué. Me gustaría saber pensar y proyectar un edificio desde la sensación, desde la luz, desde la cualidad del espacio, aunque ésta sea inefable. Por mucho que veamos la sección del Maravillas, lo importante es lo que nos sugiere el estar allí. Es entonces cuando sentimos la arquitectura, cuando nos transmite su grandeza. Y me gustaría saber contar esa cualidad gráficamente. ¿Fotomontajes? No sé... Que alguien me ayude
martes, 23 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
Viagem por Portugal: 3, 2, 1...
"Este viaje a Portugal es una historia. Historia de un viajero en el interior del viaje que hizo, historia de un viaje que en sí transportó a un viajero, historia de viajero y viaje reunidos en una intecionada fusión de aquel que ve y de aquello que es visto, encuentro no siempre pacífico de subjetividades y objetividades. En consecuencia : choque y adecuación, reconocimiento y descubierta, confirmación y sorpresa(...)Viaje según su proyecto propio, dé mínimos oídos a la facilidad de itinerarios cómodos y de rastro pisado, acepte equivocarse en la carretera y volver atrás, o, al contrario, persevere hasta inventar salidas desacostumbradas al mundo. No tendrá mejor viaje. Y, si se lo pide la sensibilidad, registre a su vez lo que vio y sintió, lo que dijo u oyó decir. La felicidad tiene muchos rostros. Viajar es, probablemente, uno de ellos. Entregue sus flores a quien sepa cuidar de ellas, y empiece. O reempiece. Ningún viaje es definitivo"
José Saramago
domingo, 21 de febrero de 2010
Apuntes de F. Ghery
Decíamos ayer...
parece que han pasado bastantes meses desde que pisé por estas tierras y esto tenía vidilla, actividad. Realmente no hace tanto, pero todos, por pereza y vagancia, estamos dejando de lado el blog. Yo, entonando primero el mea culpa, hago un llamamiento a todos para que nuevamente le demos caña y sigamos compartiendo cosas.
Esta mañana me he visto la peli del título, bueno, el documental...
Considero varias cosas que hay que poner encima de la mesa:
-que al hacer una película un director famoso -Sydney Pollack- y por tanto querer que sea distribuida por todos los mejores cines para que llegue al gran público, debe adaptarse a ciertas pautas comerciales, debe cumplir ciertos aspectos, ya sea en el tiempo de las escenas, en el formato, en el guión, en la música de fondo, etcétera...
-que si el tema de dicho documental no es algo facilón y consabido, o espectacular, sino una cosa más especializada, una disciplina desconocida para el público, como en este caso la obra de un arquitecto (por famoso que pueda ser su nombre), los contenidos deben ser lo suficientemente convencionales y deben ir bastante masticados para que cualquier persona de cualquier edad pueda digerirlos sin nada de dificultad, e incluso le sean atractivos.
-que muy probablemente los eruditos sobred Gehry o arquitectura se aburran soberanamente con lo que están viendo, de pura simpleza y banalidad
-que para que algo así, por poco que haya costado, sea rentable, debe recaudar cuanto más, mejor, y ya sabemos lo que eso significa para el gran público, siendo éxitos de taquilla 'Conejita en el campus'...
-que muy probablemente los que van de sabiondos de la arquitectura se enfaden con lo que se vende de ella a la gente, en este caso las chuladas que hace querido Frank
-que fue Gehry quien le propuso a su colega Pollack hacer el documental, y que lo que veamos en él habrá sido propuesto por los dos, sin intermediarios, productoras millonarias o guionistas guays-alternativos con ganas de dar el salto
-que esto es algo que nos vende el arquitecto
-que los fines comerciales y de autopublicidad son innegables
Bueno, aun con todos estos puntos claros antes de sentarme a disfrutar de la peli, al final me han sorprendido varias cosas:
-que a Gehry se le venda, o se venda él, como el genio incomprendido, criticado por sus colegas de profesión. Según se dice eran postmodernistas, volvían la mirada a lo que se hacía en Grecia, y a él se le ocurrió que, 'puestos a volver, volvamos unos cuantos millones más atrás, cuando sólo había peces, y hagamos un pez', y ya de paso que sea gigante y que sea colocado como escultura en Barcelona.
-que no tenga ningún reparo en enseñarnos su modo de trabajar: su colaborador cortando cartulinas para ponerlas aquí o allá en la maqueta, doblándolas más o menos, hasta que a él, a su mirada excepcional, le parezca que eso ya cuadra y funciona. Y luego, aunque 'él sólo utilizaría un ordenador para tirárselo a alguien a la cabeza', necesita del resto de gente y de programas adaptados para calcular esas estructuras, planos, etc.
-que cambie un proyecto 40 veces hasta que definitivamente le parece que funciona, tras haber entrado en un estado de histeria o nerviosismo que es el que le hace dar con la forma o diseño último, óptimo, incuestionablemente mejor
-que acepte las críticas para empezar una segunda vez, ya con un camino recorrido, y no en intentar tener razón
-que una señora le dijera que sería un arquitecto famoso tras observar su caligrafía cuando era niño
-que haya estudiado escultura
-que los entrevistados sean periodistas, su psicólogo, amigos, etc, y sólo aparezcan arquitectos en su estudio y trabajando (y callando) para él. Ni un crítico, historiador, o sabiondo tipo.
-que no haya ni un comentario negativo o discrepante (y por tanto considere yo el documental como un ejercicio de ego y chauvinismo por parte de míster Frank, al que sólo le falta dedicárselo a sus excolegas posmo y decirles: Ja!, quien ríe el último, ríe mejor)
-por tanto, y según la peli y lo que entiendo, que no se considere postmoderno (os invito a buscar lo que dice wikipedia de postmoderno...)
-que todo parezca tan de andar por casa, tan familiar, sencillo y apacible (como diciendo: soy un genio, pero estoy al alcance de cualquiera, y me considero uno más)
-que venda su trabajo como algo tan innovador, provocador y revolucionario, pero a la vez tan arbitrario, ilógico, sentimental, sólo apto de ser desarrollado por una mente brillante como la suya
-que esas formas curvas (p.e. las del Gugg) tengan que ver con la luz, su incidencia y rebote, etc. cuando más tarde se pone a hacer otra de sus maquetas chulísimas, y al ser preguntado por el material del edificio diga que ya lo pensará
-que ante la pregunta de dónde encuentra la inspiración, responda que en una papelera llena de cosas de deshecho, con todos esos huecos y cavernas...
Y con todo lo anterior, que haya sido el Guggenheim el edificio de los últimos veinte años que más me ha impresionado y maravillado, con ese vestíbulo que nos dejó pasmados. Y que lo considere una genial obra de arte y de arquitectura.
¿Qué pensais?
parece que han pasado bastantes meses desde que pisé por estas tierras y esto tenía vidilla, actividad. Realmente no hace tanto, pero todos, por pereza y vagancia, estamos dejando de lado el blog. Yo, entonando primero el mea culpa, hago un llamamiento a todos para que nuevamente le demos caña y sigamos compartiendo cosas.
Esta mañana me he visto la peli del título, bueno, el documental...
Considero varias cosas que hay que poner encima de la mesa:
-que al hacer una película un director famoso -Sydney Pollack- y por tanto querer que sea distribuida por todos los mejores cines para que llegue al gran público, debe adaptarse a ciertas pautas comerciales, debe cumplir ciertos aspectos, ya sea en el tiempo de las escenas, en el formato, en el guión, en la música de fondo, etcétera...
-que si el tema de dicho documental no es algo facilón y consabido, o espectacular, sino una cosa más especializada, una disciplina desconocida para el público, como en este caso la obra de un arquitecto (por famoso que pueda ser su nombre), los contenidos deben ser lo suficientemente convencionales y deben ir bastante masticados para que cualquier persona de cualquier edad pueda digerirlos sin nada de dificultad, e incluso le sean atractivos.
-que muy probablemente los eruditos sobred Gehry o arquitectura se aburran soberanamente con lo que están viendo, de pura simpleza y banalidad
-que para que algo así, por poco que haya costado, sea rentable, debe recaudar cuanto más, mejor, y ya sabemos lo que eso significa para el gran público, siendo éxitos de taquilla 'Conejita en el campus'...
-que muy probablemente los que van de sabiondos de la arquitectura se enfaden con lo que se vende de ella a la gente, en este caso las chuladas que hace querido Frank
-que fue Gehry quien le propuso a su colega Pollack hacer el documental, y que lo que veamos en él habrá sido propuesto por los dos, sin intermediarios, productoras millonarias o guionistas guays-alternativos con ganas de dar el salto
-que esto es algo que nos vende el arquitecto
-que los fines comerciales y de autopublicidad son innegables
Bueno, aun con todos estos puntos claros antes de sentarme a disfrutar de la peli, al final me han sorprendido varias cosas:
-que a Gehry se le venda, o se venda él, como el genio incomprendido, criticado por sus colegas de profesión. Según se dice eran postmodernistas, volvían la mirada a lo que se hacía en Grecia, y a él se le ocurrió que, 'puestos a volver, volvamos unos cuantos millones más atrás, cuando sólo había peces, y hagamos un pez', y ya de paso que sea gigante y que sea colocado como escultura en Barcelona.
-que no tenga ningún reparo en enseñarnos su modo de trabajar: su colaborador cortando cartulinas para ponerlas aquí o allá en la maqueta, doblándolas más o menos, hasta que a él, a su mirada excepcional, le parezca que eso ya cuadra y funciona. Y luego, aunque 'él sólo utilizaría un ordenador para tirárselo a alguien a la cabeza', necesita del resto de gente y de programas adaptados para calcular esas estructuras, planos, etc.
-que cambie un proyecto 40 veces hasta que definitivamente le parece que funciona, tras haber entrado en un estado de histeria o nerviosismo que es el que le hace dar con la forma o diseño último, óptimo, incuestionablemente mejor
-que acepte las críticas para empezar una segunda vez, ya con un camino recorrido, y no en intentar tener razón
-que una señora le dijera que sería un arquitecto famoso tras observar su caligrafía cuando era niño
-que haya estudiado escultura
-que los entrevistados sean periodistas, su psicólogo, amigos, etc, y sólo aparezcan arquitectos en su estudio y trabajando (y callando) para él. Ni un crítico, historiador, o sabiondo tipo.
-que no haya ni un comentario negativo o discrepante (y por tanto considere yo el documental como un ejercicio de ego y chauvinismo por parte de míster Frank, al que sólo le falta dedicárselo a sus excolegas posmo y decirles: Ja!, quien ríe el último, ríe mejor)
-por tanto, y según la peli y lo que entiendo, que no se considere postmoderno (os invito a buscar lo que dice wikipedia de postmoderno...)
-que todo parezca tan de andar por casa, tan familiar, sencillo y apacible (como diciendo: soy un genio, pero estoy al alcance de cualquiera, y me considero uno más)
-que venda su trabajo como algo tan innovador, provocador y revolucionario, pero a la vez tan arbitrario, ilógico, sentimental, sólo apto de ser desarrollado por una mente brillante como la suya
-que esas formas curvas (p.e. las del Gugg) tengan que ver con la luz, su incidencia y rebote, etc. cuando más tarde se pone a hacer otra de sus maquetas chulísimas, y al ser preguntado por el material del edificio diga que ya lo pensará
-que ante la pregunta de dónde encuentra la inspiración, responda que en una papelera llena de cosas de deshecho, con todos esos huecos y cavernas...
Y con todo lo anterior, que haya sido el Guggenheim el edificio de los últimos veinte años que más me ha impresionado y maravillado, con ese vestíbulo que nos dejó pasmados. Y que lo considere una genial obra de arte y de arquitectura.
¿Qué pensais?
miércoles, 17 de febrero de 2010
ASUNTOS PENDIENTES 2/3
En los primeros días del curso nos llevó Alberto a visitar las obras de unas oficinas que está construyendo en el Campus de Alcalá. Allí nos enseñó los casetones especiales que diseñó para conseguir incluir las instalaciones en en canto del forjado bidireccional. Una idea brilante a mi parcer, pero a la vez tan evidente que me resultó extraño que no se le hubiese ocurrido a nadie antes.
Con esto quiero expresar mi extraña admiración hacia Alberto, y digo extraña porque no es total. Una de cal y otra de arena. Sólo se que una buena mente tiene que tener en su supuesto empanado y largirucho cuerpo. Un genio a veces, otras un profesor que deja que desear. Pero que nos mostró como se construye una campana, y nos lanzó a reconocer si su sonido era el adecuado.
domingo, 7 de febrero de 2010
INVICTUS
Esta tarde he visto la nueva pelicula de Clint. Me ha encantado, aunque no me he metido del todo en situación como me ha pasado con otras, quizá porque tenia a mi hermana revolviendose a cada rato en el asiento de al lado y poniendome las palomitas en la cara. Puede que hubiese sido mejor opción que se hubiese quedado en casa, pero tiene suerte de entrar en contacto, desde pequeña, con el buen cine. Supongo que no habrá dudas por vuestra parte, aún así os animo a que vayais a verla, porque además guarda un fotograma de un par de segundos que va a haceros sonreir y a traeros a la memoria los objetos a reacción poética de Le Corbu y el Mies de Ferrater en su conferencia del curso pasado.
Cada uno buscamos la INSPIRACIÓN en un lado, lo importante es que no dejemos de buscarla. Cada vez estoy más segura que algo bueno tiene que salir siempre de las cosas hechas con el corazón, ya seas director de cine, ya seas presidente, ya seas arquitecto (o extranjero).
Cada uno buscamos la INSPIRACIÓN en un lado, lo importante es que no dejemos de buscarla. Cada vez estoy más segura que algo bueno tiene que salir siempre de las cosas hechas con el corazón, ya seas director de cine, ya seas presidente, ya seas arquitecto (o extranjero).
"Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma."
William Ernest Henley (1849-1903) – Poeta inglés
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma."
William Ernest Henley (1849-1903) – Poeta inglés
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