lunes, 4 de enero de 2010

Cajón de sastre

Viendo que el blog, hasta ahora y más en su periodo navideño de hibernación, es un poco cajón de sastre, me he decidido a seguir divagando.
Ahora es un poco tarde, no mucho para lo que ya sabemos, y no me apetece nada seguir dibujando una sección que, aunque puede que vaya a quedar bien, ni siquiera sé si me convence. Y no me convence porque desde que Kahn dice que la arquitectura no existe, y que una obra de arquitectura es sólo una ofrenda a ella, pero no es de por sí arquitectura, uno anda con la mosca detrás de la oreja. No lo dice un mindundi de tres al cuarto, no, lo dice Kahn, y hace mucho que lo hace. Y súmale que la mayoría de lo que nos rodea o de lo que hacemos los arquitectos es mera construcción cutre, mohína y ni siquiera una ofrenda a esa divina arquitectura. ¿Entonces, qué es un proyectillo de un estudiante mediocre, que nunca se construirá, sumado a lo inverosímil del enunciado y al poco tiempo de desarrollo? Supongo que un mero ejercicio de superación personal que en un momento determinado será valorado por su profesor y compañeros, que obtendrá una nota y que, en función de ella, uno se sentirá más o menos contento, y estimará en qué medida ha desperdiciado unas fiestas geniales para salir, emborracharse o perjudicarse...
Es una ecuación simple, eficaz: el día tiene 24 horas, de las cuales uno se pasa enfrente de este cacharro portatil una media de doce horas o así, por tirar por lo bajo (así llevo desde que llegamos de Bilbao), con dolores de espalda, malas posturas, música que ya se te repite, espontáneas visitas de familiares o si eres afortunado amigos, idas al baño y al comedor, y luego a la cama para no descansar, porque debes cumplir una lista de cosas por hacer que nunca consigues cumplir porque lo que piensas que se hace rápido luego resulta que no, que se tarda más... en fin, qué os voy a contar, compañeros del metal. Pero a lo que voy: ¿para qué? Aparte de para sentir al final el orgullo del trabajo bien hecho (Cosas bien hechas), y aprobar, y aprender... ¿Aprender? ¿Pensais que haciendo estas entregas aprendemos realmente? ¿Cuál es la ratio entre horas invertidas y conocimiento o aprendizaje adquirido? Vale, ya sabemos trabajar, ya sabemos dibujar, ya sabemos sacar adelante, con mayor o menor acierto, lo que se nos pide, incluso somos resistentes y tenaces.
No sé, pero yo aprendo mucho más cuando pillo un libro y lo hojeo que cuando cuadro la sección, o cuando escucho a Verdasco en sus diez minutos gloriosos de las sesiones críticas que en todo lo que podamos aportar los alumnos en 4 horas, o así debería ser.
Y, vaya, no hay tiempo para leer, para conocer, para flipar con lo que se ha hecho o dicho hace mucho y que ignoramos soberanamente. Y ahí está el error en esta pedagogía que sufrimos. Que realmente no se nos forma, no se nos enseña, y tampoco se nos deja que lo hagamos por nuestra cuenta, porque no hay tiempo. Y claro, uno ya está harto de la carrera, como para que encima el rato que saca para leer sea de lo mismo... ¡Fallo! ¿Qué has aprendido en esta tarde de dibujo de CAD? vs ¿Qué has aprendido en esa conferencia de Perea, o en ese libro de Lecorbu? Lo peor de todo es que, los problemas que se nos plantean, el resolver un proyecto, lo solemos hacer con tan pocas referencias y tan poco tiempo, que no profundizamos en casi nada, que no llegamos al verdadero quid de la cuestión. Y así nos pasa, que vamos tropezando con las mismas piedras que bastante tiempo atrás otros supieron esquivar. Por eso, el ejercicio de superación personal es incompleto, superficial, casi anecdótico. ¿Y si dedicásemos el cincuenta por ciento del tiempo de la carrera en leer y documentarnos, y se nos pidieran conclusiones, un trabajo escrito, un texto, además de grafismos? Podríamos ver el abismo entre lo que pensamos y lo que planteamos, y podríamos, poco a poco, ir definiendo esos puntos de unión y esas pautas para transformar en proyecto ideas enraizadas y más complejas que seguramente fuésemos teniendo, con su tiempo adecuado de desarrollo. Ya lo dijo Sambricio: ''frente a la arquitectura de fuegos artificiales, el rigor'', refiriéndose a Juan de Herrera, si no recuerdo mal.
En fin, me queda saber que estamos todos llenos de barro y que, al menos, nos entendemos.
Un beso

2 comentarios:

  1. Adri! si! q por lo menos nos quede eso, q nos entendemos. Mi situación es similar, aun q quizás no supiese expresarlo tan bien. También estoy con la sección y tampoco se si me convence, pero si algo he aprendido en tantas horas de proyectos es q n cada proyecto hay q apostar por un ingrediente y desarrollarlo hasta cuando nos lo quiten de las manos. Hacer una propuesta, más o menos creíble pero que sea coherente en conjunto, porque ideas hay miles, como diríaVictor, perohay q saber desarrollarlas. Desde luego si nos hubiesemos planteado la carrera en el doble de años dispondríamos del doble de tiempo para leer, conocer y experimentar obras de arquitectura y arquitectos con los que aprendemos más en menos. Necesitamos también la otra parte, sino nos perderíamos en la teoría. Autosuperarnos?, ¡claro!. ¿Frustrarnos? También. Pero en estas propuestas es donde podemos poner en práctica todo lo aprendido. ¿Acaso crees q Ghery hacía Guggenheims en 4º? weno, quizá no sea el mejor ejemplo... sino fijate en las primeras obras de los grandes arquitectos, aun que sí! estaban más espabilados, sueltos y eficaces q nosostros, quizá por eso, porque aprendieron de otra manera y/o lo llevaban dentro.
    Mucho ánimo a todos.

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  2. Con estas reflexiones y tu estado de ánimo podrías ser tú quien cantara la canción de la anterior entrada. Como en ella se dice, no importa cuánto tardes en llegar a alguna parte si es que realmente sabes como hacerlo.
    Habiéndome leído ya mi libro bilbaíno, cito, aunque sin nuestras amigas del Inserso delante, una frase que aun sin estar muy en el hilo de lo que en el libro se trata, se me ha quedado bien marcada. Quizá porque trata de la vida en sí misma que de cualquier otro invento, llámese arquitectura, metafísica o fenomelogía:
    " si no se sabe a dónde se va, tampoco se sabe dónde se está" pag.222
    Ya sabemos que estos días son para todos los más complicados. Tratemos de dar lo mejor de nosotros.
    Te recuerdo también un verso de Pessoa que algún maestro de la canción hace suyo en una de sus últimas obras:
    "Vivir es no conseguir"
    Pero vivimos, así que tenemos que seguir luchando, aun para no conseguir.
    Si te sirve de apoyo, yo en algún momento de incertidumbre y flaqueza moral he acudido al libro de kahn, que seguro que un gran amigo te empujó a adquirir, y siempre he encontrado en él consuelo y nuevas fuerzas para seguir luchando en este eterno, o "sisífico" ( no sé si existe, pero ua conocemos la gafapastil moda de inventarse palabras ahh make up) no conseguir.

    Con una hora menos, un abrazo desde Lisboa

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