lunes, 10 de enero de 2011

Mercad(ill)o

Si me pongo a pensar en un mercado, pienso en lo más importante, en la relación entre género, tendero y cliente. Que se intensifica cuanto más nos acercamos al mercadillo, y, a la inversa, más se debilita en el hipermercado-todo embalado para llevar. Porque, si necesito dos zanahorias, no quiero llevarme un kilo metidas en una red naranja. Quiero poder escogerlas del montón, o poder decirle al verdulero que me las dé buenas.
Proyectar el soporte para que esto ocurra. Y luego, vendrá todo lo demás.

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