jueves, 28 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
Forma
La forma en sí misma no existe.
Rechazamos conocer problemas de forma:
sólo problemas de construcción.
La forma no es el objetivo de nuestro trabajo,
sino sólo el resultado.
Rechazamos toda especulación estética,
toda doctrina y todo formalismo.
No voy contra la forma, sino contra
la forma en sí misma.
Espero que comprendan que la arquitectura
no tiene nada que ver
con la invención de formas.
No quiero que mis edificios
aparenten una arquitectura.
Prefiero que no haya arquitectura.
Mies
Rechazamos conocer problemas de forma:
sólo problemas de construcción.
La forma no es el objetivo de nuestro trabajo,
sino sólo el resultado.
Rechazamos toda especulación estética,
toda doctrina y todo formalismo.
No voy contra la forma, sino contra
la forma en sí misma.
Espero que comprendan que la arquitectura
no tiene nada que ver
con la invención de formas.
No quiero que mis edificios
aparenten una arquitectura.
Prefiero que no haya arquitectura.
Mies
lunes, 25 de octubre de 2010
Apuntes
Estos son los primeros apuntes que hice para este proyecto. Sin orden ni concierto...
La mayoría son de sobra conocidos por todos, incluso repetitivos, pero corresponden a algunos de los pocos libros que tengo aquí. Así que os fastidiais... :-) Ya pasaré a cosas más concretas. Salut!
Kahn, Escritos
Creo que todos los edificios deben tener un lugar sagrado. ¿Cuál?
Encontrar cuál es el espíritu de un edificio. ‘’No lo veíamos, pero a veces podíamos verlo’’.
Salas. Galerías. ‘’El aula puede ser como un cuadro de Jackson Pollock’’. Un santuario. Incluso la estética que justifica ese orden corresponde a las reglas.
La casa de reunión, un lugar donde huir del mundo.
La sensibilidad hacia la aparición de nuevas instituciones, incluso a partir de las antiguas, parece querer surgir de todo ello. La sensibilidad hacia lo que puede estar deseando ser una institución del hombre, y los espacios en torno a los cuales puede expresarse, constituyen una primera necesidad.
El programa que obtengamos, y la conversión arquitectónica que hagamos con él, deberían derivar del espíritu humano, no del propio programa.
Un edificio portal, transición entre el interior y el exterior. Umbral.
Algo que proceda del silencio. Nuestros elementos de distinción van a ser una conexión mental.
Rascar el terreno, no ajardinarlo.
No sacado a partir de cuestiones prácticas, sino a partir de un sentimiento de que debe haber un mundo dentro de otro mundo.
Decimos cosas significativas dentro de un edificio, nunca fuera. No decimos lo mismo en un espacio pequeño.
Un espacio de entrada, no un vestíbulo. Cambiamos los pasillos por galerías, porque conocemos su valor de asociación.
¿A qué institución pertenece el edificio?
Y pensé que todo lo material es luz construida.
Todo es posible, porque nosotros fuimos posibles.
La inspiración de reunirse. La inspiración de aprender. La inspiración del bienestar. Y cavilar sobre lo que es el ser humano.
Estos lugares no son más que establecimientos.
Es el lugar de la oportunidad.
Bueno es infinitamente más poderoso que muy bueno.
¿Qué rodaja de sol entra en tu habitación?
Un proyecto es la estructura de los espacios en su propia luz. Y es que la estructura es la creadora de la luz.
La escalera ha de tener uno, o varios, descansillos.
Punto de partida: esas oportunidades inconmensurables que deben dar respuesta a nuestro impulso de ser/expresar.
La madera no es como el yeso, que puede extenderse sobre una superficie. Es algo más preciso.
Es algo maravilloso, porque podemos ir allí y estar solos.
La forma es el qué. El diseño es el cómo. La forma es como el orden.
¿Superficie servidora, superficie servida??
La ciudad deriva de la inspiración de reunirse.
TOYO ITO:
Hotel D, Casa de Kasama, la protagonista es la luz, que produce un flujo en el espacio.
Los edificio no están hechos para que se circule con claridad, ni para ser usados con claridad, sino para ser objetos arquitectónicos con plenitud.
Las telas de Fidias, no ocultan el torso de la mujer que las lleva, sino al revés, lo manifiestan. La arquitectura cumple esa función del vestido, no le oculta a la ciudadanía lo que hay detrás, sino que lo pone delante. Lo que expresa la arquitectura es la grafología de la cultura.
CAMPO BAEZA:
La luz es el tema central de la arquitectura.
La luz es la única capaz de vencer a la gravedad.
Luz horizontal, vertical (diagonal), diagonal.
Luz sólida, luz difusa. La luz del norte es difusa. Cañón de luz sólida. La luz sólida en visible movimiento danzando sobre una invisible luz difusa en reposada quietud.
Sentir el compás del tiempo que marca la naturaleza, acordando los espacios con la luz, temperándolos con el paso del sol.
Las formas arquitectónicas deben ser traducción de ideas. Y expresarlas con contundencia.
Estas formas no dicen nada. Agua derrumbada en los charcos.
Y, como corresponde a la verdadera belleza, renuncia a ser agradable y complaciente.
Contexto, función, composición, construcción.
Esa difícil naturalidad del material humilde que situado adecuadamente es capaz de sugerirnos inusitadas cualidades. Como cuando la palabra acertadamente colocada nos produce la vibración poética
Hertzberger, el umbral como in-between, un espacio intermedio que establece la transición y la conexión entre áreas con demandas territoriales distintas, y que a la vez es un lugar en sí mismo. La arquitectura debe concebirse como una configuración de lugares intermedios claramente definidos. Articulación entre espacios. Ofrecer una articulación espacial a todas las escalas. Orfanato de Van Eyck.
On growth and form, D’Arcy Thompson. Sobre el objeto actúan desde el exterior fuerzas que presionan y producen un cambio, una deformación que puede llegar a constituir una verdadera transformación y que puede corresponder al proceso natural de crecimiento del organismo: -el despliegue de directrices internas e inmotivadas: la diversidad. –el repliegue bajo la acción de fuerzas externas: la adaptabilidad. Fuerzas internas de cohesión y de fricción, y de deformación por presiones exteriores.
Klee, equilibrio de fuerzas, la flotación, situación ingrávida de un objeto.
El equilibrio tenso y a la vez aparentemente azaroso, fachada del Gobierno Civil de Tarragona.
SÁENZ DE OÍZA:
Una vez me comentaba Moneo que la casa romana era casa de una planta. Podríamos discutir durante milenios, pero a mí me parece que originariamente la casa, y el otro día lo decía en la escuela, es un ser vertical. En el sótano se produce, como dice Bachelard, toda la podredumbre, la suciedad, los asesinatos y demás, y en el desván, en cambio, está la iluminación, la trascendencia y la elevación. Dice también Bachelard: una persona que no sabe que la casa tiene una escalera que sube al desván, del que no se baja, o una escalera que baja al sótano, del que no se sube. Dice: es un señor que no tiene idea de lo que es una ensoñación, sin la cual no hay vida humana posible. Un arquitecto debe tener esa idea del ensueño, de lo que la casa encierra, del deseo del hombre de salir de su realidad cotidiana. Siempre se tiene un deseo de elevarse, una fuerza dionisíaca que le atrae a uno hacia lo tenebroso.
Los edificios se cargan de significación, y esto es mucho más importante que su contenido funcional, utilitario, espacial.
De las ciudades que vivimos, sólo quedará el viento que pasa por ellas.
Pero una ciudad es esto, es una calle, pero una calle sin casas no es una calle, cada casa construye la calle, pero es la calle la que genera la vida de la casa, sin la calle no existiría realmente la casa.
Por eso me interesa mucho la palabra complejidad; en una primera lectura parece que es como trabazón muy difícil de piezas diferentes. Y es al revés, a lo mejor la ciudad de Nueva York con su cuadrícula de calles regular es la más compleja del mundo, porque permite todas las conexiones, mientras que, ciudades mucho más claras de forma son más totalitarias, de un vistazo ya se deduce en ellas dónde estará el Palacio Presidencial. Hay que buscar estructuras elementales que den lugar a salidas mucho más complejas. Es decir, no una casa de habitaciones desiguales, donde está predeterminado el uso que puedes hacer de cada habitación. Las casas antiguas te daban todas las posibilidades, podías variar los usos, adaptarlos según tus necesidades. En arquitectura se ha pasado por una funcionalidad mecánica, y, por lo tanto, complicada de forma, para ser poco compleja de respuesta. La casa debe ser un ente complejo y por lo tanto debería tener una forma muy elemental. Eso es lo que me gustaría aclarar: que en la elementalidad de la forma está el poder de enriquecimiento. Yo digo que un mueble con cajones es mejor que un estuche de violín o de compases, porque en los cajones no puedes saber qué había dentro, son formas universales. En cambio, de un estuche de compases no esperarás que saque un violín.
Poner las miras en una meta que se sabe que no se va a alcanzar, era una idea de Joyce: la belleza es un bien inalcanzable, pero luchar por ella es lo que hace feliz esta existencia. Cuando das por conquistada una meta, es cuando no la alcanzas.
Arne Jacobsen, Barragán, Lewerentz, Berlage, Jona Friedman, Jackson Pollock, Van Eyck, Stirling, Van Duysen, Vicens+Ramos, César Portela, Coop Himmelblau, Moholy Nagy, Neutelings,
Sancho-Madridejos: pliegue: Residencia en Valleaceras, iglesia en Madrid, iglesia en Irún, viviendas sociales en Carabanchel
DELEUZE, EL PLIEGUE
Se dice que un laberinto es múltiple, etimológicamente, porque tiene muchos pliegues. Lo múltiple no sólo es lo que tiene muchas partes, sino lo que está plegado de muchas maneras. La tendencia de la materia a desbordar el espacio, es conciliarse con lo fluido.
Al dividirse sin cesar, las partes de la materia forman pequeños torbellinos que se tocan. La materia presenta, pues, una textura infinitamente porosa, esponjosa o cavernosa sin vacío, siempre hay una caverna en la caverna: cada cuerpo, por pequeño que sea, contiene un mundo, en la medida en que está agujereado por pasadizos irregulares, rodeado y penetrado por un fluido cada vez más sutil.
A una cierta velocidad del barco, la onda deviene tan dura como una pared de mármol. La hipótesis atomista de una dureza absoluta y la hipótesis cartesiana de una fluidez absoluta coinciden tanto mejor cuanto que comunican el mismo error, al plantear mínimos separables, bien bajo formas de cuerpos finitos, bien hasta el infinito bajo forma de puntos. Leibniz lo explica en un texto extraordinario: un cuerpo elástico o flexible todavía tiene partes coherentes que forman un pliegue, de modo que no se separan en partes de partes, sino que más bien se dividen hasta el infinito en pliegues cada vez más pequeños que conservan siempre una cierta cohesión. Así, el laberinto del continuo es como un tejido o una hoja de papel que se divide en pliegues hasta el infinito o se descompone en movimientos curvos, cada uno de los cuales está determinado por el entorno consistente.
El punto nunca es una parte, sino una simple extremidad de una línea.
En resumen, la medida en que plegar no se opone a desplegar, se trata de tensar-destensar, contraer-dilatar, comprimir-explotar (no condensar-enrarecer, que implicaría el vacío).
Plegar-desplegar ya no significa simplemente tensar-destensar, contraer-dilatar, sino envolver-desarrollar, involucionar-evolucionar.
No sólo se va de partes en partes, sino de pliegue en pliegue. Lo más simple s decir que desplegar es aumentar, crecer, y plegar, disminuir, reducir, entrar en la profundidad de un mundo.
El elemento genético ideal de la curvatura variable, o del pliegue, es la inflexión. La inflexión es el verdadero átomo, el punto elástico. Klee la extrae como el elemento genético de la línea activa, espontánea, poniendo así de manifiesto su afinidad con el Barroco y con Leibniz, oponiéndose a Kandinsky, cartesiano, para el que los ángulos son duros, se pone en movimiento por una fuerza exterior. Pero para Klee, el punto recorre una inflexión. Es el propio punto de inflexión, allí donde la tangente corta a la curva. Es el punto-pliegue.
El punto de vista no varía con el sujeto, al menos en primer lugar; al contrario, es la condición bajo la cual un eventual sujeto capta una variación, o algo. El perspectivismo en Leibniz, y también en Nietzsche, en William y en Henry James, en Whitehead, es realmente un relativismo, pero no es el relativismo que se piensa. No es una variación de la verdad según el sujeto, sino la condición bajo la cual la verdad se presenta al sujeto. Ésa es precisamente la idea misma de la perspectiva barroca.
En un mundo de lo infinito, que ha perdido todo centro, la importancia de sustituir el centro desfalleciente por el punto de vista; el nuevo modelo óptico de la percepción y de la geometría en la percepción, que repudia las nociones táctiles, contacto y figura, en beneficio de una ‘’arquitectura de la visión’’; el estatuto del objeto, que ya sólo existe a través de sus metamorfosis o en la declinación de sus perfiles.
Sabemos qué nombre dará Leibniz al alma o al sujeto como punto metafísico: mónada. La unidad en la medida en que envuelve una multiplicidad, multiplicidad que desarrolla lo uno a la manera de una serie.
Explicar-implicar-complicar forman una triada del pliegue, según las variaciones de la relación uno-múltiple.
El mundo es la curva infinita que toca en una infinidad de puntos una infinidad de curvas, la curva de variable única, la serie convergente de todas las series.
La mayoría son de sobra conocidos por todos, incluso repetitivos, pero corresponden a algunos de los pocos libros que tengo aquí. Así que os fastidiais... :-) Ya pasaré a cosas más concretas. Salut!
Kahn, Escritos
Creo que todos los edificios deben tener un lugar sagrado. ¿Cuál?
Encontrar cuál es el espíritu de un edificio. ‘’No lo veíamos, pero a veces podíamos verlo’’.
Salas. Galerías. ‘’El aula puede ser como un cuadro de Jackson Pollock’’. Un santuario. Incluso la estética que justifica ese orden corresponde a las reglas.
La casa de reunión, un lugar donde huir del mundo.
La sensibilidad hacia la aparición de nuevas instituciones, incluso a partir de las antiguas, parece querer surgir de todo ello. La sensibilidad hacia lo que puede estar deseando ser una institución del hombre, y los espacios en torno a los cuales puede expresarse, constituyen una primera necesidad.
El programa que obtengamos, y la conversión arquitectónica que hagamos con él, deberían derivar del espíritu humano, no del propio programa.
Un edificio portal, transición entre el interior y el exterior. Umbral.
Algo que proceda del silencio. Nuestros elementos de distinción van a ser una conexión mental.
Rascar el terreno, no ajardinarlo.
No sacado a partir de cuestiones prácticas, sino a partir de un sentimiento de que debe haber un mundo dentro de otro mundo.
Decimos cosas significativas dentro de un edificio, nunca fuera. No decimos lo mismo en un espacio pequeño.
Un espacio de entrada, no un vestíbulo. Cambiamos los pasillos por galerías, porque conocemos su valor de asociación.
¿A qué institución pertenece el edificio?
Y pensé que todo lo material es luz construida.
Todo es posible, porque nosotros fuimos posibles.
La inspiración de reunirse. La inspiración de aprender. La inspiración del bienestar. Y cavilar sobre lo que es el ser humano.
Estos lugares no son más que establecimientos.
Es el lugar de la oportunidad.
Bueno es infinitamente más poderoso que muy bueno.
¿Qué rodaja de sol entra en tu habitación?
Un proyecto es la estructura de los espacios en su propia luz. Y es que la estructura es la creadora de la luz.
La escalera ha de tener uno, o varios, descansillos.
Punto de partida: esas oportunidades inconmensurables que deben dar respuesta a nuestro impulso de ser/expresar.
La madera no es como el yeso, que puede extenderse sobre una superficie. Es algo más preciso.
Es algo maravilloso, porque podemos ir allí y estar solos.
La forma es el qué. El diseño es el cómo. La forma es como el orden.
¿Superficie servidora, superficie servida??
La ciudad deriva de la inspiración de reunirse.
TOYO ITO:
Hotel D, Casa de Kasama, la protagonista es la luz, que produce un flujo en el espacio.
Los edificio no están hechos para que se circule con claridad, ni para ser usados con claridad, sino para ser objetos arquitectónicos con plenitud.
Las telas de Fidias, no ocultan el torso de la mujer que las lleva, sino al revés, lo manifiestan. La arquitectura cumple esa función del vestido, no le oculta a la ciudadanía lo que hay detrás, sino que lo pone delante. Lo que expresa la arquitectura es la grafología de la cultura.
CAMPO BAEZA:
La luz es el tema central de la arquitectura.
La luz es la única capaz de vencer a la gravedad.
Luz horizontal, vertical (diagonal), diagonal.
Luz sólida, luz difusa. La luz del norte es difusa. Cañón de luz sólida. La luz sólida en visible movimiento danzando sobre una invisible luz difusa en reposada quietud.
Sentir el compás del tiempo que marca la naturaleza, acordando los espacios con la luz, temperándolos con el paso del sol.
Las formas arquitectónicas deben ser traducción de ideas. Y expresarlas con contundencia.
Estas formas no dicen nada. Agua derrumbada en los charcos.
Y, como corresponde a la verdadera belleza, renuncia a ser agradable y complaciente.
Contexto, función, composición, construcción.
Esa difícil naturalidad del material humilde que situado adecuadamente es capaz de sugerirnos inusitadas cualidades. Como cuando la palabra acertadamente colocada nos produce la vibración poética
Hertzberger, el umbral como in-between, un espacio intermedio que establece la transición y la conexión entre áreas con demandas territoriales distintas, y que a la vez es un lugar en sí mismo. La arquitectura debe concebirse como una configuración de lugares intermedios claramente definidos. Articulación entre espacios. Ofrecer una articulación espacial a todas las escalas. Orfanato de Van Eyck.
On growth and form, D’Arcy Thompson. Sobre el objeto actúan desde el exterior fuerzas que presionan y producen un cambio, una deformación que puede llegar a constituir una verdadera transformación y que puede corresponder al proceso natural de crecimiento del organismo: -el despliegue de directrices internas e inmotivadas: la diversidad. –el repliegue bajo la acción de fuerzas externas: la adaptabilidad. Fuerzas internas de cohesión y de fricción, y de deformación por presiones exteriores.
Klee, equilibrio de fuerzas, la flotación, situación ingrávida de un objeto.
El equilibrio tenso y a la vez aparentemente azaroso, fachada del Gobierno Civil de Tarragona.
SÁENZ DE OÍZA:
Una vez me comentaba Moneo que la casa romana era casa de una planta. Podríamos discutir durante milenios, pero a mí me parece que originariamente la casa, y el otro día lo decía en la escuela, es un ser vertical. En el sótano se produce, como dice Bachelard, toda la podredumbre, la suciedad, los asesinatos y demás, y en el desván, en cambio, está la iluminación, la trascendencia y la elevación. Dice también Bachelard: una persona que no sabe que la casa tiene una escalera que sube al desván, del que no se baja, o una escalera que baja al sótano, del que no se sube. Dice: es un señor que no tiene idea de lo que es una ensoñación, sin la cual no hay vida humana posible. Un arquitecto debe tener esa idea del ensueño, de lo que la casa encierra, del deseo del hombre de salir de su realidad cotidiana. Siempre se tiene un deseo de elevarse, una fuerza dionisíaca que le atrae a uno hacia lo tenebroso.
Los edificios se cargan de significación, y esto es mucho más importante que su contenido funcional, utilitario, espacial.
De las ciudades que vivimos, sólo quedará el viento que pasa por ellas.
Pero una ciudad es esto, es una calle, pero una calle sin casas no es una calle, cada casa construye la calle, pero es la calle la que genera la vida de la casa, sin la calle no existiría realmente la casa.
Por eso me interesa mucho la palabra complejidad; en una primera lectura parece que es como trabazón muy difícil de piezas diferentes. Y es al revés, a lo mejor la ciudad de Nueva York con su cuadrícula de calles regular es la más compleja del mundo, porque permite todas las conexiones, mientras que, ciudades mucho más claras de forma son más totalitarias, de un vistazo ya se deduce en ellas dónde estará el Palacio Presidencial. Hay que buscar estructuras elementales que den lugar a salidas mucho más complejas. Es decir, no una casa de habitaciones desiguales, donde está predeterminado el uso que puedes hacer de cada habitación. Las casas antiguas te daban todas las posibilidades, podías variar los usos, adaptarlos según tus necesidades. En arquitectura se ha pasado por una funcionalidad mecánica, y, por lo tanto, complicada de forma, para ser poco compleja de respuesta. La casa debe ser un ente complejo y por lo tanto debería tener una forma muy elemental. Eso es lo que me gustaría aclarar: que en la elementalidad de la forma está el poder de enriquecimiento. Yo digo que un mueble con cajones es mejor que un estuche de violín o de compases, porque en los cajones no puedes saber qué había dentro, son formas universales. En cambio, de un estuche de compases no esperarás que saque un violín.
Poner las miras en una meta que se sabe que no se va a alcanzar, era una idea de Joyce: la belleza es un bien inalcanzable, pero luchar por ella es lo que hace feliz esta existencia. Cuando das por conquistada una meta, es cuando no la alcanzas.
Arne Jacobsen, Barragán, Lewerentz, Berlage, Jona Friedman, Jackson Pollock, Van Eyck, Stirling, Van Duysen, Vicens+Ramos, César Portela, Coop Himmelblau, Moholy Nagy, Neutelings,
Sancho-Madridejos: pliegue: Residencia en Valleaceras, iglesia en Madrid, iglesia en Irún, viviendas sociales en Carabanchel
DELEUZE, EL PLIEGUE
Se dice que un laberinto es múltiple, etimológicamente, porque tiene muchos pliegues. Lo múltiple no sólo es lo que tiene muchas partes, sino lo que está plegado de muchas maneras. La tendencia de la materia a desbordar el espacio, es conciliarse con lo fluido.
Al dividirse sin cesar, las partes de la materia forman pequeños torbellinos que se tocan. La materia presenta, pues, una textura infinitamente porosa, esponjosa o cavernosa sin vacío, siempre hay una caverna en la caverna: cada cuerpo, por pequeño que sea, contiene un mundo, en la medida en que está agujereado por pasadizos irregulares, rodeado y penetrado por un fluido cada vez más sutil.
A una cierta velocidad del barco, la onda deviene tan dura como una pared de mármol. La hipótesis atomista de una dureza absoluta y la hipótesis cartesiana de una fluidez absoluta coinciden tanto mejor cuanto que comunican el mismo error, al plantear mínimos separables, bien bajo formas de cuerpos finitos, bien hasta el infinito bajo forma de puntos. Leibniz lo explica en un texto extraordinario: un cuerpo elástico o flexible todavía tiene partes coherentes que forman un pliegue, de modo que no se separan en partes de partes, sino que más bien se dividen hasta el infinito en pliegues cada vez más pequeños que conservan siempre una cierta cohesión. Así, el laberinto del continuo es como un tejido o una hoja de papel que se divide en pliegues hasta el infinito o se descompone en movimientos curvos, cada uno de los cuales está determinado por el entorno consistente.
El punto nunca es una parte, sino una simple extremidad de una línea.
En resumen, la medida en que plegar no se opone a desplegar, se trata de tensar-destensar, contraer-dilatar, comprimir-explotar (no condensar-enrarecer, que implicaría el vacío).
Plegar-desplegar ya no significa simplemente tensar-destensar, contraer-dilatar, sino envolver-desarrollar, involucionar-evolucionar.
No sólo se va de partes en partes, sino de pliegue en pliegue. Lo más simple s decir que desplegar es aumentar, crecer, y plegar, disminuir, reducir, entrar en la profundidad de un mundo.
El elemento genético ideal de la curvatura variable, o del pliegue, es la inflexión. La inflexión es el verdadero átomo, el punto elástico. Klee la extrae como el elemento genético de la línea activa, espontánea, poniendo así de manifiesto su afinidad con el Barroco y con Leibniz, oponiéndose a Kandinsky, cartesiano, para el que los ángulos son duros, se pone en movimiento por una fuerza exterior. Pero para Klee, el punto recorre una inflexión. Es el propio punto de inflexión, allí donde la tangente corta a la curva. Es el punto-pliegue.
El punto de vista no varía con el sujeto, al menos en primer lugar; al contrario, es la condición bajo la cual un eventual sujeto capta una variación, o algo. El perspectivismo en Leibniz, y también en Nietzsche, en William y en Henry James, en Whitehead, es realmente un relativismo, pero no es el relativismo que se piensa. No es una variación de la verdad según el sujeto, sino la condición bajo la cual la verdad se presenta al sujeto. Ésa es precisamente la idea misma de la perspectiva barroca.
En un mundo de lo infinito, que ha perdido todo centro, la importancia de sustituir el centro desfalleciente por el punto de vista; el nuevo modelo óptico de la percepción y de la geometría en la percepción, que repudia las nociones táctiles, contacto y figura, en beneficio de una ‘’arquitectura de la visión’’; el estatuto del objeto, que ya sólo existe a través de sus metamorfosis o en la declinación de sus perfiles.
Sabemos qué nombre dará Leibniz al alma o al sujeto como punto metafísico: mónada. La unidad en la medida en que envuelve una multiplicidad, multiplicidad que desarrolla lo uno a la manera de una serie.
Explicar-implicar-complicar forman una triada del pliegue, según las variaciones de la relación uno-múltiple.
El mundo es la curva infinita que toca en una infinidad de puntos una infinidad de curvas, la curva de variable única, la serie convergente de todas las series.
viernes, 22 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
construir arquitectura
"Para mí la diferencia entre el concepto de arquitectura e ingenieria es irrelevante. Por supuesto, soy arquitecto y enseño en la universidad de Stuttgart. Aún así nos encargamos de este campo que concierne directamente a la arquitectura. Me interesa su esencia, y la construcción es algo esencial en arquitectura. Concretamente estamos interesados en las construcciones humanas más antiguas, desde los comienzos hasta ahora, y constantemente llegamos a la conclusión de que no terminamos de entenderlas completamente."
Frei Otto. Munich, 1989.
Homo Turisticus
Sobre el Homo Turisticus.
El año pasado, en mi viaje a París con mi amigos de la universidad, nos organizamos de tal modo que sólo nos quedaron tres horas para ver el Museo del Louvre. Ante el vasto número de pasillos, y por ende de cuadros, y mi escaso interés en la pintura que se exponía, decidí pasar mi tiempo, lápiz y cuaderno en mano, dibujando la Venus de Milo. Pude entonces sufrir al homo turisticus en primera persona. ¿Qué sentido tiene hacer cola delante del monumento en cuestión, resaltado en los folletos, para poder hacerse la foto, sin nadie más al lado? Es como pensar que, durante ese segundo, el monumento le perteneció únicamente al fotografiado, para pasar a buscar en el folleto el próximo monumento-segundo del que apropiarse y del que por supuesto no conocer nada… y así hasta el infinito, y hasta la infinitud de la estupidez, que nunca se acaba.
Es algo ya sabido que los gobiernos están prostituyendo el patrimonio en favor del beneficio económico y que han explotado turísticamente más de lo que uno podría imaginar. El proceso de banalización que vivimos en esta época obviamente no excluye a los monumentos, y ya no sabe uno dónde encontrar lo real, lo identitario, lo auténtico, lo original. ¿Acaso queda algo, una mínima porción? Quizá ya sea demasiado tarde, quizá el sistema haya fagocitado todo lo posible, hasta nuestras propias vidas y experiencias. La definición de espectáculo de Debord lo explica claramente: nuestra visión del mundo se ha objetivado, al haber convertido el mundo real en imágenes, y quedando el espectador alienado en beneficio del objeto contemplado.
Quizá no se trate solamente del homo turisticus como porción dentro de la sociedad. Quizá se trate de que todos somos ese homo turisticus, de que todos estamos sumergidos en una serie de acontecimientos que han perdido toda cualidad, toda intensidad, de que nuestras experiencias, al fin y al cabo, son banales, predecibles, insustanciales, triviales, como nuestras propias vidas. Y esto es debido a que pertenecemos, y sin poder escapar, a este sistema feroz, omnipotente, total.
Nuestra generación devendrá en la a-historia, en la a-política, en un mundo inerte, sin ideas ni idealismos, sólo consumos. Un mundo falso, irreal, virtual.
¿Qué más da si cuando viajo escojo una pequeña pensión familiar en vez de un hotel en primera línea de playa? ¿Acaso no se ha perdido ya lo esencial, a saber, las idiosincrasias propias del lugar, en favor de la globalización imperante? ¿O quedan resquicios donde buscar que alienten la esperanza?
Ante semejante panorama, rehabilitemos y reconstruyamos todas las fachadas antiguas de todo nuestro patrimonio, experimentemos la pátina brillante de lo reluciente, congelemos lo poco que queda de algunos edificios como si transmitieran los valores universales ya olvidados y levantemos nuevos falsos históricos... Con todo, quizá caigamos en la cuenta de que el patrimonio, al igual que los nuevos edificios, son dos extremos que se tocan en el mismo sinsentido, el de existir y estar en pie en esta época anodina de la que formamos parte.
El año pasado, en mi viaje a París con mi amigos de la universidad, nos organizamos de tal modo que sólo nos quedaron tres horas para ver el Museo del Louvre. Ante el vasto número de pasillos, y por ende de cuadros, y mi escaso interés en la pintura que se exponía, decidí pasar mi tiempo, lápiz y cuaderno en mano, dibujando la Venus de Milo. Pude entonces sufrir al homo turisticus en primera persona. ¿Qué sentido tiene hacer cola delante del monumento en cuestión, resaltado en los folletos, para poder hacerse la foto, sin nadie más al lado? Es como pensar que, durante ese segundo, el monumento le perteneció únicamente al fotografiado, para pasar a buscar en el folleto el próximo monumento-segundo del que apropiarse y del que por supuesto no conocer nada… y así hasta el infinito, y hasta la infinitud de la estupidez, que nunca se acaba.
Es algo ya sabido que los gobiernos están prostituyendo el patrimonio en favor del beneficio económico y que han explotado turísticamente más de lo que uno podría imaginar. El proceso de banalización que vivimos en esta época obviamente no excluye a los monumentos, y ya no sabe uno dónde encontrar lo real, lo identitario, lo auténtico, lo original. ¿Acaso queda algo, una mínima porción? Quizá ya sea demasiado tarde, quizá el sistema haya fagocitado todo lo posible, hasta nuestras propias vidas y experiencias. La definición de espectáculo de Debord lo explica claramente: nuestra visión del mundo se ha objetivado, al haber convertido el mundo real en imágenes, y quedando el espectador alienado en beneficio del objeto contemplado.
Quizá no se trate solamente del homo turisticus como porción dentro de la sociedad. Quizá se trate de que todos somos ese homo turisticus, de que todos estamos sumergidos en una serie de acontecimientos que han perdido toda cualidad, toda intensidad, de que nuestras experiencias, al fin y al cabo, son banales, predecibles, insustanciales, triviales, como nuestras propias vidas. Y esto es debido a que pertenecemos, y sin poder escapar, a este sistema feroz, omnipotente, total.
Nuestra generación devendrá en la a-historia, en la a-política, en un mundo inerte, sin ideas ni idealismos, sólo consumos. Un mundo falso, irreal, virtual.
¿Qué más da si cuando viajo escojo una pequeña pensión familiar en vez de un hotel en primera línea de playa? ¿Acaso no se ha perdido ya lo esencial, a saber, las idiosincrasias propias del lugar, en favor de la globalización imperante? ¿O quedan resquicios donde buscar que alienten la esperanza?
Ante semejante panorama, rehabilitemos y reconstruyamos todas las fachadas antiguas de todo nuestro patrimonio, experimentemos la pátina brillante de lo reluciente, congelemos lo poco que queda de algunos edificios como si transmitieran los valores universales ya olvidados y levantemos nuevos falsos históricos... Con todo, quizá caigamos en la cuenta de que el patrimonio, al igual que los nuevos edificios, son dos extremos que se tocan en el mismo sinsentido, el de existir y estar en pie en esta época anodina de la que formamos parte.
sábado, 16 de octubre de 2010
AUSCHWITZ
La entrada cuesta lo que vale el tren desde Cracovia, 11zl. (menos de 3€), pero merece la pena contratar una visita guiada por 27zl. Comenzamos por el campo de concentración Auschwitz I, donde construyeron la primera cámara de gas y los primeros hornos crematorios. Donde recibían a cada persona con la famosa frase alemana: EL TRABAJO OS HACE LIBRES.
Soy consciente de que lo que he experimentado aquí es sólo una milésima parte de los sentimientos de miedo, dolor y angustia que abarrotaban esta tierra. Los momentos más duros llegaron con las fotografías de los supervivientes tomadas por los soviéticos en el momento de la liberación. Mujeres que pesaban entonces unos 30kg. También al recorrer la planta subterránea del bloque 11, llamado el bloque de la muerte. Algunas celdas de castigo miden 1m2. y encerraban allí a 4 personas toda una noche.
El campo de Auschwitz II_ Birkenau, multiplica por cinco las dimensiones y las muertes del I. Cada 3 ó 4 meses se renovaba totalmente a los prisioneros. Sólo puedo hacerme un poquito a la idea de lo que allí se vivió comparando circunstancias: Una taza de cafe amargo para desayunar, un plato de caldo para comer y un trozo de pan con mantequilla para cenar; 12h. de trabajo diarias, pijama de rayas para la nieve, zapatos de madera, colas de hasta 15h. desnudos en la nieve para la desinfección... Cualquier esfuerzo de cada persona por sobrevivir un día más, una hora más, se ve ahora absurdo y desalentado.
Hoy el paseo es incluso bello por el verde que ha crecido entre los barracones, los lagos de ceniza humana y los restos de las cuatro incineradoras. Se dice que este campo es un cementerio y, realmente lo es. Me gustaría recorrerlo con vosotros.
martes, 12 de octubre de 2010
Ir al mercado
Todas las semanas voy al menos un par de veces al mercado, es algo que no he hecho en España y que aquí he cogido con mucho gusto, por lo menos ahora que todavía no hace tanto frío. Ya os imagináis: colores, olores, sabores, gritos, conversaciones... Las tenderas y tenderos, los viejecillos arrugados y vestidos con ropas pintorescas, el chapurreo inglés-polaco...
Las imágenes lo dicen casi todo. Es un placer que espero poder compartir con vosotros.
lunes, 11 de octubre de 2010
Entre líneas
¿Acaso no es más interesante leer el mundo entre líneas, interpretar lo que subyace debajo o detrás o fuera de la realidad más aparente, escondido en el silencio de lo no manifestado?
Abogo por segundas lecturas, por obviar lo obvio e inmediato, por la multiplicidad de significados. Por pensar una realidad compleja, transversal, que nos dará las pistas necesarias de lo que realmente buscamos, de lo que queremos encontrar. Instalémonos en esa dimensión del gesto no realizado, de la imagen no mostrada, de la palabra escondida.
Lo insinuado, que será capaz de trasladarnos a otros mundos...
Y a la vuelta, cuando dibujemos, ¿qué estaremos ocultando?
Líneas, siempre líneas...
sábado, 9 de octubre de 2010
Gilles
Tuve la suerte de asistir el otro día a una conferencia de G. Clément.
Dentro de lo que me pude enterar, fue pedagógico, porque el tío enseñaba fotos de su trabajo con los alumnos, algunos planos de esos que hace con colores, incluso algunas infografías que encargaba del hipotético resultado final, para compararlas más tarde con la realidad... Creo que superó a las conferencias de Ito, Siza o Benedetta, más que nada porque ellos se limitaron a describir fotografías y no aportar nada más allá, no mojarse...
Luego Alicia y yo fuimos a hablar con él, le dijimos de dónde éramos y que sabíamos de él, y se extrañó porque pensaba que sólo era conocido en la escuela de paisajismo de Madrid (la de Aymerich!)... Hablaba muy bien español. E iba vestido con una camiseta que ponía Madagascar y un reloj de plástico negro. Un hombre cercano, sin duda. Le preguntó Alicia sobre sus influencias. Contestó que recibía sus conocimientos de los ingenieros de plantas, que le explicaban las características de las mismas, y también de la filosofía.
Fue una tarde agradable---
jueves, 7 de octubre de 2010
Mar
Monumento al mar
Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.
He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas
He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos
Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte
El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.
Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas
manos temblorosas
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos
Levántate y saluda el amor de los hombres
Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.
También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos
Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí
Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.
Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba
Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros
Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras
He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras
He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria
Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados
He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte
Vicente Huidobro
Comencemos
Después de todo es fácil recordar
basta con arrimarse al horizonte
basta con bostezar en plena euforia
alcanza con entrar en la agonía
es fácil recordar
se abren las manos
y se cierran
y en el puño vacío
está el juguete
están la cruz o el seno
que se desentendieron del presente
que quedaron atrás
que todavía
es fácil
basta con decir un nombre
basta con desandar cierta tristeza
alcanza con quebrar el odio ajeno
la gran proeza
la mejor hazaña
de la memoria
es olvidarlo todo.
La hazaña, M. Benedetti
Me encantan los comienzos. Me maravillan los comienzos. Creo que es el comienzo lo que confirma la continuación. Si no lo hiciese, no existiría ni podría existir nada. Siento veneración por el aprendizaje porque es una inspiración fundamental; no es sólo algo que tiene que ver con la obligación, sino que nace dentro de nosotros. La voluntad de aprender, el deseo de aprender, es una de las más importantes inspiraciones. No me siento impresionado por la educación; por el aprendizaje, sí.
Me encantan los comienzos, L. Kahn----
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