jueves, 29 de julio de 2010

Trocitos de una isla




De Gran Canaria me traigo los paisajes, más bien las diferencias entre ellos. Ha sido una semana de mucho contraste, un viaje familiar que me ha redescubierto la convivencia 24h. con aquellos a los que casi sólo saludas durante el curso. Para mi no está demás recordar que el verano también es para eso y me alegra saber todos vamos a tener la oportunidad de reencontrarnos con los que más nos quieren, y además de manera incondicional.
La primera imagen me la encontré horrorizada en el suroeste de esta isla, de una media de 50km. de diámetro. Mucha parte del perímetro de esta zona presenta un aspecto similar. Me pregunté que pretensiones puede haber en la mente de alguién que se rompe la cabeza pensando como construir estos edificios y cómo van a llegar a hasta la parte alta la cantidad de materiales necesarios. La respuesta más acertada fue una que utiliza mucho mi padre y desde que la leyó una vez en algún sitio: "Hables de lo que hables, hablas de dinero." La segunda supuso para todos un triunfo, una conquista de la parte más alta de la isla que habíamos recorrido con esfuerzo a través de una de esas carreteras insufribles de montaña. Con el Teide al fondo, que a su vez tiene menos de la mitad de la altura del Everest. El tercer paisaje desemboca en el mar y es a la vez su contrario. Es la reserva natural de las Dunas de Maspalomas, al sur de la isla, donde estábamos alojados. Aquí el lugar se reinventa cada mañana, cuando la noche y la brisa borran las nuestras huellas.

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